Este domingo, desde la capital del país, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, puso los puntos sobre las íes respecto a la investigación en curso contra Édgar «N», alias “El Limones”. El funcionario fue tajante al negar cualquier vínculo operativo o financiero entre el detenido y la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), así como con su líder, Pedro Haces Barba.
Durante la conferencia de prensa, García Harfuch desmenuzó la estructura delictiva en la que se movía el imputado. Según la inteligencia recabada, “El Limones” no rendía cuentas a gremios sindicales, sino que reportaba directamente a la facción conocida como «Los Cabrera», brazo armado ligado históricamente al Cártel de Sinaloa. Con esto, la autoridad busca frenar las especulaciones y centrar el caso en el combate al crimen organizado.
El secretario detalló que el modus operandi detectado se trata de una «extorsión directa». Las víctimas no eran trabajadores agremiados, sino empresarios, agricultores y propietarios de pozos de agua, quienes sufrían el cobro de piso y amenazas constantes para poder operar. El objetivo era el flujo de efectivo rápido a través de la intimidación, un esquema clásico de las células del narcotráfico en el norte del país.
“Hay varios delitos que se están investigando, pero ninguno está relacionado como tal con un sindicato”, sentenció el titular de la Seguridad. La autoridad tiene elementos sólidos para vincular a Édgar «N» con esta célula que mantiene asoladas varias regiones de Durango y Coahuila, descartando así que la violencia generada tuviera una bandera de lucha laboral o gremial.
Sobre el estatus legal del acusado, se confirmó que las investigaciones son recientes pero contundentes, lo que ya permitió que un juez vinculara a proceso a “El Limones”. Las diligencias continúan abiertas, pues se sabe que al jalar este hilo podrían caer más implicados en la red de operaciones de «Los Cabrera» en la zona norte y sus conexiones financieras.
Cabe recordar que apenas el pasado miércoles se dio a conocer la captura de este objetivo prioritario. El historial delictivo que se le imputa es pesado: además de la extorsión, se le investiga por venta y distribución de droga, robo de vehículo, cobro de cuotas, secuestro, e incluso desaparición forzada, pintando un cuadro de alta peligrosidad.
En el operativo no cayó solo. Junto a él fueron aprehendidos otros cinco presuntos integrantes de la banda: Guillermo N., Alexis Mauricio N., Ángel Rodrigo N., Juan José N. y José Giancarlo. Todos ellos forman parte de la misma carpeta de investigación y ya enfrentan a la justicia por su probable participación en la ola de violencia generada en la región.
La estrategia federal también pegó donde más les duele: en la cartera. Las autoridades ejecutaron el bloqueo inmediato de las cuentas bancarias de las personas del círculo cercano de los detenidos. Además, se congelaron los activos de tres empresas de diversos giros comerciales que presentaban patrones financieros irregulares, típicos del blanqueo de capitales.
Para cerrar la pinza, García Harfuch explicó que estos negocios funcionaban como empresas fachada. Su única función era simular pagos de nómina y compraventa de vehículos de lujo para lavar el dinero sucio, realizando pagos en efectivo y transferencias que ya están bajo la lupa de la inteligencia financiera para desarticular por completo la estructura económica del grupo.