La batalla por la basura: ¿qué pasa realmente con la separación de residuos y la termovalorización?

Separar la basura se ha vuelto parte del ritual doméstico en la Ciudad de México: dos bolsas, un bote verde, otro gris, restos de comida por un lado y reciclables por otro. Pero en la práctica mucha gente se pregunta lo mismo: “¿De verdad sirve?” y “Si existe una planta que quema basura para generar energía, ¿por qué seguimos viendo camiones tirando desechos en barrancas?”

La respuesta corta: el sistema sí funciona… pero no como lo imaginamos, y no puede con todo.

En la práctica, la separación en la CDMX se basa en tres grandes categorías:

Orgánicos
Son los residuos de comida: cáscaras, sobras, café, bolsitas de té, servilletas sucias de comida. Esta fracción es la más pesada… y la más problemática si acaba en el mismo lugar que todo lo demás.

Inorgánicos reciclables
Plásticos limpios, cartón, papel, vidrio, latas, envases Tetra Pak. Esta basura solo sirve si está limpia y seca. Un envase con restos de comida contamina todo.

Inorgánicos no reciclables
Papel sanitario, colillas, unicel sucio, envolturas metalizadas, textiles rotos. Esta es la basura “sin salida”.

Residuos de manejo especial
Electrónicos, pilas, focos, medicamentos, llantas, escombros. No deberían ir en el camión normal, aunque muchas veces terminan ahí.

La verdad incómoda: cuando la basura llega mezclada o sucia, se vuelve casi imposible de aprovechar. El trabajo de separación se pierde y todo acaba en el mismo destino.

¿Qué es realmente la termovalorización?

La famosa planta de termovalorización no es un “incinerador viejo estilo”, sino una instalación que quema residuos no reciclables para producir energía, normalmente vapor que se aprovecha para generar electricidad o mover sistemas.

En teoría, cumple dos objetivos al mismo tiempo:

  • Reducir el volumen de basura (hasta en un 80-90%)

  • Generar energía a partir del calor

Suena perfecto. Pero no es una varita mágica.

Lo que sí logra la termovalorización

✅ Reduce el volumen de basura que iría a rellenos sanitarios.
✅ Aprovecha desechos que ya no tienen salida de reciclaje.
✅ Genera energía útil a partir de lo que normalmente sería desperdicio.

Lo que NO puede hacer (y mucha gente cree que sí)

❌ No puede recibir todo tipo de basura. Necesita residuos relativamente homogéneos.
❌ No reemplaza al reciclaje. Si quemas plástico o cartón que sí podría reciclarse, estás desperdiciando materia prima.
❌ No elimina el problema de raíz. Solo trata la basura que ya fue mal manejada.

Y además deja un residuo: cenizas y escorias que deben ir a confinamientos especiales.

Entonces… ¿por qué siguen existiendo tiraderos clandestinos?

Aquí está el choque con la realidad.

Aunque haya separación y plantas, el sistema se rompe en varios puntos:

Transporte saturado
Si los camiones de basura no dan abasto, los desechos se acumulan.

Costos
Llevar residuos a sitios autorizados cuesta dinero. Tirarlos ilegalmente es más barato y rápido.

Falta de vigilancia real
A pesar de las multas, muchos tiraderos clandestinos siguen activos porque la supervisión es limitada y el castigo casi inexistente.

Escombros y residuos de obra
Estos son el gran elefante en el cuarto: toneladas de cascajo que nadie quiere pagar por disponer legalmente.

Por eso ves basura en barrancas, ríos y terrenos baldíos aunque “todo el mundo esté separando”.

Entonces, ¿sirve o no sirve separar la basura?

Respuesta honesta: sí sirve, pero no es suficiente sin el resto de la cadena funcionando.

Separar en casa facilita el trabajo de plantas de composta, centros de reciclaje y reduce la carga de lo que va a termovalorización o relleno. Pero si el sistema falla en transporte, vigilancia o infraestructura, el impacto se diluye.

Cómo hacer que tu separación sí valga la pena

Lava lo básico: envases con restos de comida prácticamente pierden su valor.
No mezcles orgánicos con inorgánicos.
Lleva electrónicos, pilas y focos a puntos especiales.
Reduce antes de separar: menos empaques = menos basura.

Parece poco, pero cuando funciona, aligera muchísimo el sistema.

La conclusión incómoda

La batalla por la basura no es entre “ciudadanos responsables” y “gobierno ineficiente”. Es un sistema completo que solo funciona si todas las piezas se mueven al mismo tiempo.

La separación sirve.
La termovalorización ayuda.
Pero ninguna de las dos puede salvar un sistema roto de tiraderos clandestinos, rutas saturadas y falta de vigilancia.

Mientras sigamos produciendo basura más rápido de lo que sabemos manejarla, el problema no está en la bolsa… está en todo lo que pasa después de que la sacas a la banqueta.

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